Todo trabajo tiene un principio, y toda meta tiene su recompensa. Día tras día hay que construirlo con paciencia, fe y enfoque. Hoy seguimos trabajando, intentando superar los límites y romper las barreras, especialmente en el área de los estáticos. Y como no me gusta darme por vencido —porque me gustan las metas imposibles—, en este post vengo nuevamente a traerles motivación, disciplina y constancia, que al final son el verdadero camino al que me quiero dirigir, Dios mediante, claro está.

En el entrenamiento de hoy me enfoqué otra vez en la plancha front, combinando ejercicios para mejorar la resistencia. Estuve en mi parque favorito, el de los bloques, donde siempre encuentro esa energía que me impulsa a seguir. No les voy a mentir: hoy fue duro. He vuelto a sentir molestias en la columna, tristemente, pero no pasa nada.
Decidí darme dos días de descanso, hacer descansos activos con movilidad y cuidar más la técnica para el próximo entreno.

Las series que hice fueron diez, y aunque la forma no fue la mejor, valoro muchísimo el proceso. Como ya saben, tengo una hernia discal que me molesta a la hora de entrenar, pero aun así no pienso detenerme. Sé que cada sesión me deja una enseñanza y me hace más fuerte.
Lo importante es seguir, aprender de las caídas y levantarse con más determinación.

Así que nada, seguimos en el camino, fortaleciendo poco a poco y con la mente puesta en mejorar. Espero que para la próxima ya esté más fuerte, con menos molestias y con más contenido que compartirles.
Gracias por acompañarme siempre en este proceso, porque esto apenas comienza, y lo mejor todavía está por venir.