
A lo largo de la vida, las amistades han sido un tesoro, pero en la madurez se convierten en un pilar aún más valioso. Tener alguien con quien conversar, reír, orar o simplemente compartir el silencio nos recuerda que no estamos solos.
La amistad verdadera no se mide por la cantidad de personas a nuestro alrededor, sino por la calidad de los lazos que cultivamos. A veces basta un solo amigo para llenar nuestra vida de alegría y compañía. Y también nosotros podemos ser ese amigo que alienta, escucha y tiende la mano.
Las relaciones humanas nos mantienen activos, nos inspiran y nos ayudan a mantener la mente y el corazón jóvenes. Al dar y recibir afecto, el alma se renueva y la vida se hace más ligera.
Consejo espiritual, lee un versículo de la biblia
(Proverbios 17:17)
“En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia.”
Frase del día:
“Un amigo es un regalo de Dios: un refugio en los días difíciles y un motivo de risa en los días felices.”
Desafío del día:
Llama o visita hoy a un amigo que hace tiempo no ves. Recuérdale cuánto valoras su amistad.