Disciplina y talento: pilares complementarios del éxito (ESP-ENG)

El éxito suele verse como un hito a alcanzar. Un triunfo. Pero, detrás de cada logro hay un debate sobre: ¿Qué pesa más en cada logro, el talento o la disciplina? Las respuestas difieren según el contexto y los intereses de las personas. En general coinciden en que ambos se complementan para construir caminos sostenibles.

El talento distingue a ciertas personas con una habilidad natural en actividades específicas del saber, de las ciencias y de las artes. Este don o cualidad, como chispa aceleradora, facilita adelantar las etapas de un proceso o acción. Pero, se cree que el talento por sí solo se hace insuficiente. Y la historia muestra personas destacadas en su juventud, estancadas al confiar solo con sus dones naturales, perdiendo continuidad en lo que hacen.

Junto al talento surge la disciplina como complemento y coadyuvante del talento y viceversa. Los dos se potencian en un efecto sinérgico progresivo. Y se piensa, que si el talento sirve como la chispa aceleradora del progreso, la disciplina se convierte en el combustible para mantener hábitos consistentes y recurrentes. Incluso, cuando la motivación decae, se hace necesario un toque de determinación, voluntad y actitud mental para continuar para alcanzar el éxito. A la disciplina se le considera como aquello que debe hacerse aunque no se quiera hacer una vez definidos los fines de cada quien.

En muchos casos, la disciplina compensa la falta de talento. Porque, la disciplina convierte las metas en acciones concretas. Un escritor que redacta a diario, un empresario que rectifica sus metas productivas o un estudiante que repasa sin falta alcanzan sus fines más preciados. Escribir 500 palabras al día puede llevar a un escritor al éxito. Thomas Alba Edison, dice que el éxito consiste en "1% inspiración y 99% transpiración".

Cuando el talento y la disciplina convergen, su potencial se multiplica. En la música, se conoce a Mozart por su genialidad, que tuvo un exigente instructor en su padre, que lo entrena desde la infancia. El talento le da las alas y la disciplina le enseña a volar. La interacción del talento y la disciplina se denomina sinergia, la cual consiste en la acción conjunta de dos o más factores, que da como resultado un efecto combinado multiplicador y progresivo. En otros casos, un rechazo inicial conlleva a ciertas personas a convertirse en seres excepcionales, al tomar el rechazo como impulso para perfeccionar sus habilidades, a través del trabajo constante.

Aunque solo algunos nacen con talento, la disciplina se encuentra al alcance de todos. Y cultiva el talento. Muchos años de práctica hacen al maestro. Incluso quienes parten con desventajas pueden con esfuerzo desarrollar habilidades sobresalientes. Un estudiante con hábitos de estudio, metódicos y sistemáticos, suele superar a otros más talentosos sin disciplina y sin orden. Mientras, el talento abre puertas, la disciplina las mantiene abiertas. La excelencia es un hábito. Cultivar el talento y la disciplina permite alcanzar el éxito y sostenerlo.

Success is often seen as a milestone to reach. A triumph. But, behind every achievement there is a debate about: What weighs more in each achievement, talent or discipline? The answers differ according to the context and the interests of individuals. In general they agree that both complement each other to build sustainable paths.

Talent distinguishes certain people with a natural ability in specific activities of knowledge, science and the arts. This gift or quality, as an accelerating spark, facilitates the advancement of the stages of a process or action. But, it is believed that talent alone is insufficient. And history shows outstanding people in their youth, stagnated by relying only on their natural gifts, losing continuity in what they do.

Along with talent comes discipline as a complement and coadjuvant of talent and vice versa. The two are enhanced in a progressive synergistic effect. And it is thought that if talent serves as the accelerating spark of progress, discipline becomes the fuel to maintain consistent and recurrent habits. Even when motivation wanes, it takes a touch of determination, will and mental attitude to continue to achieve success. Discipline is considered as that which must be done even if one does not want to do it once one's goals are defined.

In many cases, discipline compensates for a lack of talent. Because, discipline turns goals into concrete actions. A writer who writes daily, a businessman who rectifies his productive goals or a student who reviews without fail achieve their most cherished goals. Writing 500 words a day can lead a writer to success. Thomas Alba Edison said that success consists of “1% inspiration and 99% perspiration”.

When talent and discipline converge, their potential is multiplied. In music, Mozart is known for his genius, which had a demanding instructor in his father, who trained him from childhood. Talent gives him wings and discipline teaches him to fly. The interaction of talent and discipline is called synergy, which consists of the joint action of two or more factors, resulting in a combined multiplying and progressive effect. In other cases, an initial rejection leads certain people to become exceptional beings, by taking the rejection as an impulse to perfect their abilities through constant work.

Although only some people are born with talent, discipline is available to everyone. And it cultivates talent. Many years of practice make the master. Even those who start with disadvantages can, with effort, develop outstanding skills. A student with methodical and systematic study habits often outperforms others who are more talented without discipline and order. While talent opens doors, discipline keeps them open. Excellence is a habit. Cultivating talent and discipline makes it possible to achieve and sustain success.