"Los placeres de mi pueblo"

Soy procedente de un mágico pueblo llamado "Merito", ubicado en la península de Araya, en el estado Sucre, Venezuela. Para llegar a este grandioso lugar, podemos trasladarnos en peñeros o por carretera. El recorrido en peñero dura aproximadamente 45 minutos, mientras que por tierra son cuatro horas. ¡Ah! Pero este viaje es muy gratificante, ya que, al navegar, se disfruta del sonido de las olas, el canto de las aves y el aire que roza nuestra piel.

Si optamos por la carretera, la experiencia es igualmente majestuosa, ya que nos permite apreciar los cálidos paisajes de la naturaleza, las diferentes playas y muchos pueblos llenos de historia. Aunque resido en la ciudad de Cumaná, mis padres y hermano siguen viviendo en este hermoso lugar, repleto de encantos y personas amables. La algarabía de sus habitantes siempre está presente, creando un ambiente cálido y acogedor para los visitantes.

Mi papá siempre nos llevaba de vacaciones, y cada visita se convierte en un motivo de felicidad. Disfrutar de las palmeras, del bullicio de las aves, del sonido de las olas y, sobre todo, de la compañía de mi familia, era un regalo incalculable. Sin duda, les puedo decir que uno de los encantos más especiales de este lugar es el amanecer y el atardecer. Sin embargo les hablaré del amanecer.

Para mí, este momento simboliza gratitud hacia la vida. Cuando llega el amanecer, me dispongo a tomar asiento, ya sea en el balcón de mi casa , en la orilla del mar o en cualquier rincón que me permita disfrutar de este instante mientras saboreo una taza de café caliente. Es allí donde me permito apreciar cómo el sol comienza a asomarse, mostrándome hermosos colores llenos de vida. En ese instante, agradezco a Dios y a la vida por un nuevo día junto a mis seres queridos y por la oportunidad de disfrutar de la belleza que nos regala la naturaleza.

Amo mi cálido pueblito Merito, un lugar lleno de encantos y muchas historias. Este pueblo me regala momentos de relajación, y cada vez que lo visito, al llegar a casa, mi corazón salta de felicidad. De inmediato, se despide de mi cuerpo todo el estrés acumulado y el bullicio angustiante de la ciudad. Suelto mi celular y me olvido de que el mundo externo existe; solo están mi paz, mi felicidad y la gratitud por ese instante que siempre ha sido especial en mi vida. Las mismas emociones que sentía de niña al llegar al pueblo las experimento hoy, siendo adulta. Ahora me despido enviándoles mis mejores deseos, éxito y buena vibra en todo lo que emprendan. ¡🙏☘️🪬

¡Hasta pronto!

Feliz por su Visita

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Imágenes tomadas con mi tecno camon 18 p

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