Sin epitafio

in Literatoslast month

Desde la esquina Silvana escucha los gritos de las mujeres
-Espavientosas que son, se dijo.
Cruzó el chal sobre los hombros y antes de entrar al salón tenía a las vecinas abrazadas.
-Tan bueno que era, recuerdo la rana que me sacó del cuarto, dijo una.
-Tan servicial, siempre ayudando con las bolsas, balbuseó otra.
Silvana se mantuvo impavida, hace un año no le ve la cara y no tiene intenciones de verlo ahora después de muerto.
Ocupó uno de los balances destinados a los familiares y solo levantó la vista para mirar a Nuria.
Ella tampoco echó una lágrima, estaban juntas en aquella fiesta cuando él la invitó a bailar y la toqueteo toda; como era la prima no le formó algarabía.
Nuria le contó que no había olvidado los dedos de aquel asqueroso entre los muslos y el miembro duro rosando su vientre. Callaron el incidente para no avergonzar a la familia, pero pasaron años repitiendo: -Ojalá se muera.
Sus ruegos no fueron escuchados, duró séis años más manoseando y mirando a todas aquellas mujeres por las rendijas de las puertas hasta que le dio el infarto.

A la hija de Utra le gustaba que la miraran y él le tenía calculada la hora del baño. Ella se deleitaba en hacer espuma en los senos luego en la entrepiernas, dando tiempo a que él terminara su parte. Se emocionó demasiado y le partió el corazón. .
Los últimos años él y Silvana durmieron separados. Siempre se desvelaba a las 2 de la madrugada, salía a fumar y se demoraba veinte minutos, lo suficiente para mirar a la parida de al lado mientras lactaba. Silvana lo aguantó hasta que el hijo estuvo en el Ejercito, al otro día recogió y se fue con Prudencio, el tractorista.

Silvana mira a todas las rescabuchadas en el lloriqueo. Está allí porque su hijo le pidió: -Ve mami, hazlo por mi.

-No lo hubiese complacido sino fuera porque sé donde está escondido su dinero.

Gracias por visitar mi blog. Soy crítica de arte, investigadora social y amante de la cocina. Te invito a conocer más de mí, de mi país y de mis letras.Texto de mi autoría, fotografía de Adonis Acosta, mi representado




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Uuufff, y hasta yo voy a buscar mi parte después de todo.
Qué magnífico relato!
Es una real delicia leerte 🙏🏻

Buen texto. Felicitaciones 🎉

Gracias amiga

Me encanta leerte, bien por Silvana, pero creo que tiene que ir por el botín antes de que salga el entierro 😂😂😂

🤣🤣🤣🤣 somos más suspicaces en grupo jjj. Silvana se salva con amigos como nosotros

El difunto era la candela. Pero la estocada maestra la dio Silvana, esa es mi chica 🤭🤭
Qué gusto tan grande resulta leerte, Iris querida.

Gracias querida. Un abrazo

Creo que todas las plañideras manoseadas, sabían lo mismo que Silvana.

Mmmm, a saber 🤣🤣. Solo ellas saben las promesas.

Silvana es mucha Silvana 🤣
Final sorpresa. Me parece bien. Éxitos multiplicados ✍️

Quise que ella hiciera lo que he soñado 🤣🤣

Muy buena historia, me atrapo, jaja buen final, Silvana sabia donde estaba escondido lo bueno.

Siii es muy valiente. Así debíamos ser todas jj

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Gran relato, Silvana hizo bien.

Bravoooo. Bravooooooo 👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻