📘 "El Gran Entrenamiento" |𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚𝐭𝐢𝐯𝐚 𝐝𝐞 𝐌𝐚𝐫𝐚𝐛𝐮𝐳𝐚𝐥 [En Español]

in Literatosyesterday

Anécdotas hay muchas de las triquiñuelas montadas por actrices y actores de moda, guionistas venidos a menos, luminotécnicos, personal de economía o simples extras para derrumbar el imperio creado por el dictador. La cámara secreta ha mostrado entonces su perfecta utilidad.

Grandes carcajadas produce por ejemplo una bofetada por una amante despechada a un director mediocre. O los vasos de vinos contra el rostro tenso de un dictador primerizo. Los tipos encargados de revisar con calma y hastío, los milímetros de cinta se divierten de lo lindo y si no fuera por los pactos de confiabilidad que han firmado, sacarían a la luz escandalosas situaciones capaces de desaparecer a las productoras más tenaces.

Una tarde de noviembre, recostado a una columna del siglo diecinueve que soportaba un edificio vetusto del montaje, un hombre de unos cincuenta años cantaba bajito una melodía antigua, mientras esperaba el ómnibus que lo trasladaría a su hogar, una covacha construida a base de latones viejos, piezas de cartón y piso de tierra. La lluvia castigaba el parque con sapiencia y tranquilidad envolviendo la tarde en una nostálgica postal. La melodía del hombre no molestaba al resto de las personas, incluso algunos mentalmente la tarareaban pero por alguna razón no se atrevían a abrir la boca.

Una muchacha entusiasmada en una conversación telefónica con su novio, se empeñaba en no alzar la voz y las veces que sonreía, lo hacía con tal discreción que sólo una señora a su lado, se movió inquieta un par de ocasiones y después siguió contemplando la lluvia sobre los bancos del parque. Un grupo de hojas maduras rodó de un lado a otro de la calle, se encaracoló en los neumáticos de la patrulla policial estacionada frente al hotel y luego siguió rodando por el contén rumbo al semáforo, pero su dinámica murió a cuarenta centímetros de la entrada de la sucursal bancaria.


Fuente


En la puerta, un hombre de uniforme, con un revólver de mentiritas en la cintura, estaba cuadrado militarmente, como si le rindiera pleitesía a la lluvia y a las nubes grises allá en el cielo. Pertenecía al cuerpo de seguridad, su turno terminaba a las cinco y aquel había sido un día duro. Unos turistas empeñados en cambiar billetes no sabían ni la jota de lo que se hablaba en el país y estuvo casi media hora tratando de hacerles entender los trámites a que debían someterse para llevar a cabo con éxito la operación. Finalmente una mujer en tacones, nalgas poco escandalosas y senos prominentes había llegado en su auxilio, era la gerente comercial.

Él lo agradeció y volvió a mirarla cuando se marchaba. Un pensamiento lascivo cruzó su mente y una de las piernas se flexionó, pero de inmediato retomó la postura anterior. Maldijo las debilidades en el trabajo y aprovechó la ocasión para mentarle la madre al ministro de economía, que al final de la cadena de mando de aquel enloquecido país, era el jefe de todos, y los obligaba a sufrir bochornos como aquel de que los turistas no lo entendieran nada. En alguna parte debía haber un curso, de al menos cuatro idiomas básicos que los del cuerpo de seguridad deberían vencer, se dijo. A las cinco, cuando terminara el turno y comenzara la reunión del sindicato, tal vez alguien lo diría.


Fuente


El hombre de seguridad rezaba porque alguien tuviera el valor necesario y se le encarara el director. Muchas veces había pensado en que sería buena idea si uno de esos días, él tomara la palabra y dijera unas cuantas verdades. Eso, verdades, dichas en la cara de los que mandan era lo que necesitaba el país. Pero, ¿quién lanzaba la primera piedra? El hombre estaba seguro de que no sería él. Tenía hijos que alimentar, madre enferma que atender, divisas que cobrar a fin de mes. Un día pediría una entrevista con el dictador.

Le hablaría de sus problemas. De cómo su tráiler estaba derrumbándose, de que sería una idea magnífica si alguien se acordara de que en su carné habían puesto un cuño que decía Veterano de guerra. Un día lo haría. Pero ahora mejor se ocupaba de su trabajo, apretaba las nalgas, chequeaba el filo cortante de su pantalón de uniforme, se ajustaba el cinto y respiraba. Respirar, he ahí una buena opción. Mientras su madre enferma respirara, mientras sus hijos respiraran, mientras él mismo continuara respirando todo iría bien. Dios había puesto en el hombre dos cosas importantes: los pulmones y la nariz. Y mientras ambas funcionaran a capacidad el tren de la vida marcharía sin tropiezos hacia lo que entendía por felicidad.


Fuente


Qué es la felicidad, el canto del hombre que espera el ómnibus o la supuesta solvencia del hombre de seguridad que no se entiende con los turistas. Ambos vencieron El Gran Entrenamiento y luego fueron desechados. Como partículas sucias empujadas por el viento. Protagonistas que en el ocaso de sus carreras tomaron caminos diferentes. Si alguna vez coinciden en la calle hacen como que no se conocen, como que no se han visto jamás. Pero los dos integraban la misma compañía, incluso el mismo pelotón. Uno era retraído, el otro vivaz. Uno, cumplidor, discreto, el otro, locuaz, alegre.

🫂Este es un fragmento original de mi novela inédita y en preparación, "País Temporal"
(Tus comentarios serán bienvenidos y de mucha utilidad).


"Esta es mi DÉCIMA contribución al reto #Hive14Challenge con @hivecreatorsday, pretendo ampliar mi red de contactos dentro del ecosistema Hive"

✍️ © Copyright 2025 *Argenis Osorio*. Todos los derechos reservados

✍️ Para el diseño visual del post he utilizado como herramientas: cámara de mi teléfono Samsung, versiones libres de Canvas, Nano Banana y Banner Maker

Consider following our trail on HIVEVOTE by clicking on the image below. We thank all our supporters.

To all of you artists out here at HIVE! If you ever are lost, please join Bokura No Digital World at our Discord chat.


🌿✍️🌿

Sort:  
 yesterday  

Literatos-estatico.jpg

Esta publicación ha recibido el voto de Literatos, la comunidad de literatura en español en Hive y ha sido compartido en el blog de nuestra cuenta.

¿Quieres contribuir a engrandecer este proyecto? ¡Haz clic aquí y entérate cómo!

Loading...

Interesante relato, dos vidas, que podríamos llamar opuestas, lo que se acentúa cuando en el último párrafo se hace un breve análisis de sus caracteres y cuando analizamos cómo el uno dependía directamente del régimen para su sustento y el de los suyos, mientras el otro en ese sentido era "libre" - con esa clase de libertad que solo se experimenta bajo una dictadura - a la final...terminan igual "Ambos (...) luego fueron desechados" y aunque al final - siendo opuestos - tomarán caminos diferentes, igual será su fin último.

Recuerdo que mi madre - quien tenía su propia concepción interna de la vida - cuando escuchaba a alguien dudar ante la idea de si existía o no el castigo divino - sobre todo para ciertas fechorías - decía: "Claro que Dios castiga, pero castiga a todos: a malos, a buenos. Aquí estamos todos castigados" y en el texto el que hace las veces de Dios es el dictador plenipitenciario y a la final, nadie escapa de su castigo, ni el que le sirve ni el "libre".

Excelente narrativa, como siempre. Gracias por compartir. Éxito y muchas bendiciones más.

Su madre expresaba, señorita @sarury con crudeza una visión trágica y universal del poder. En su analogía, el dictador, como una deidad caprichosa, no distingue entre cómplices y opositores; su "castigo" es la atmósfera misma de opresión que envuelve a todos por igual. No hay salvación en la sumisión, solo una ilusión de seguridad. La tiranía se revela como una fuerza imparcial y demencial que, al corromperlo todo, convierte la mera existencia en una condena compartida.
Encantado con su entrada y sus hermosas palabras. Un gran abrazo y mucha salud!!

Gracias por participar en la curación en vivo!

!PAKX

View or trade PAKX tokens.

@culebro, PAKX has voted the post by @marabuzal. (1/1 calls)

Use !PAKX command if you hold enough balance to call for a @pakx vote on worthy posts! More details available on PAKX Blog.