Punishment or Reward?/Castigo o recompensa

in Hive Book Club29 days ago

Hello, readers.
Among the five Hugo Award finalists (all women this year), three stories in the short story category left a strong impression on me.

  • Why don't we just kill the kid in the Omelas hole? by Isabel J. Kim
  • Five views in the planet Tartarus by Rachel K. Jones
  • Marginalia by Mary Robinett Kowal

    Hugo award trophy


Isabel J. Kim
Kim’s story clearly engages with Ursula Le Guin’s classic The ones who walk away from Omelas.
Le Guin’s tale revolves around the imaginary city of Omelas, whose luxury and splendor depend on the suffering of a child imprisoned in a basement, malnourished and neglected. Every citizen must witness this horrific sight once during adolescence. While most eventually rationalize it, a few choose to abandon the city in search of other freedoms.

Kim’s story introduces the possibility of killing this child—a recurring act in the narrative that leads to catastrophic consequences: climate disruptions, social unrest, and destabilizing transformations. It is a striking allegory (echoing the Greek myth of Atlas bearing the weight of the cosmos) that reflects modern social phenomena. Le Guin’s utopian city is reimagined within a contemporary world, featuring political debates about violence, issues like homophobia and religious extremism, ideologically motivated murders, relentless social media discourse, content creators dissecting history, and global scrutiny of Omelas’ international image.

In a style reminiscent of John Dos Passos’ Manhattan Transfer, Kim forgoes an individual hero, instead centering a collective protagonist: society itself. The narrative foregrounds the "we" of interconnected urban life. Transforming Le Guin’s painful utopia into a clash of modern social factions, this story—already a British SF Award winner—offers extraordinary depth.

It concludes without resolution, presenting readers with a sprawling mural of contemporary debates and daily life, inviting them to draw their own conclusions.


Rachel K. Jones

Rachel K. Jones’ brief yet potent tale envisions a futuristic prison on another planet, where capital punishment transcends Dantean or sadistic nightmares. The anonymous heroes—revealed through pilots’ actions and motivations—culminate in a circular, ouroboros-like twist that ties the ending back to the beginning. This narrative surprise, both chilling and ingenious, left me captivated. A masterclass in concise terror, it embodies Azorín’s adage: "What is good, if brief, is twice as good."


Mary Robinette Kowal

The third story, Mary Robinett Kowal’s Marginalia, follows a humble heroine who saves her feudal lord from a mythical beast and receives his gratitude and rewards. While the plot may seem familiar, Kowal’s brilliance lies in immersing readers in a world rich with daily rituals and customs, gradually building dramatic suspense until it erupts into a cinematic battle scene so vivid I couldn’t look away.

Of the five finalists, these three delivered profound aesthetic delight. Highly recommended for fans of speculative and sci-fi short fiction.

Happy reading, friends!


EN ESPAÑOL

¿Castigo o recompensa?

Hola, lectores.
Entre las cinco finalistas de los premios Hugo (todas mujeres este año) hay tres historias en la categoría de cuento corto que me impresionaron mucho.
-Por qué no matamos al niño del hoyo de Omelas, de Isabel J. Kim
-Cinco visiones en el planeta Tártaro, de Rachel K. Jones.
-Nota al margen, escrito por Mary Robinett Kowal.

Trofeo de los Premios Hugo

Isabel J. Kim
El cuento de Kim dialoga evidentemente con un clásico de Úrsula Le Guin titulado Los que se alejan de Omelas
La historia de Leguin trata sobre una ciudad imaginaria llamada Omelas cuyo lujo y esplendor están fundamentados sobre el sufrimiento de un niño encerrado en un sótano, en las peores condiciones: desnutrido y desaseado, al cual todos los habitantes de Omelas deben ver una vez durante sus adolescencias. Esta visión impactante la superan con el tiempo la mayoría de los ciudadanos. Unos pocos deciden alejarse de la ciudad en busca de otras libertades.

El cuento de Kim inserta la posibilidad de que este niño sea asesinado, lo cual ocurre varias veces durante la trama con consecuencias catastróficas: trastornos climáticos, disturbios sociales, entre otras transformaciones que desestabilizan la armonía social.

Es un cuento impactante porque refleja, a partir de una alegoría (recordemos el mito griego de Atlas que soporta sobre sus espaldas el peso del universo) muchos de los fenómenos sociales de la actualidad. La ciudad utópica de Leguin se convierte ahora en una ciudad inserta dentro del mundo moderno, donde tienen lugar debates políticos sobre la muerte violenta, trastornos sociales como la homofobia o el fanatismo religioso, asesinatos por motivaciones ideológicas, exhaustivos comentarios en las redes sociales, creadores de contenidos que indagan en la historia contemporánea, comentaristas de la realidad inmediata, repercusión de la imagen internacional de Omelas en los habitantes de otros países.

Al maravilloso estilo de John Dos Passos, (Manhattan Transfer), Kim no emplea un héroe individual sino colectivo. El protagonista es toda la sociedad, el nosotros como seres interactivos en la telaraña citadina ocupa la primera plana.

De la dolorosa utopía creada por Úrsula Le Guin se salta a las imágenes y grupos sociales en pugna de la actualidad, una ganancia extraordinaria de este cuento que ya fue merecedor del British SF award.
Es, además, una historia sin conclusión donde se muestran al lector, como si fuese un gran óleo o un gran mural, las distintas facetas de la vida cotidiana actual, los diversos debates. Es el lector quien debe extraer sus conclusiones y sus propias ideas sobre todos estos movimientos del presente.


Rachel K. Jones

Por su parte, el brevísimo cuento de Rachel K. Jones refleja una suerte de cárcel futurista en otro planeta donde la pena capital a los condenados resulta de un horror que supera cualquier pesadilla dantesca o sádica.

Los disimulados héroes anónimos de de esta obra son los pilotos cuyas acciones y motivaciones se revelan en un extraordinario cierre. Semejante a la serpiente circular que muerde su propia cola, el final enlaza con el inicio y logra así una impactante sorpresa narrativa que a mí, personalmente, me resultó fascinante como hallazgo artístico.

En fin, un cuento cuya brevedad, composición e historia resultan muy disfrutables para los amantes del terror tecnológico y que recuerdan aquella frase del célebre Azorín: "lo bueno, si breve, dos veces bueno".


Mary Robinette Kowal
El tercer cuento corto cuya lectura me resultó placentera, cuenta la historia típica sobre una heroína de clase humilde que salva a su señor feudal del ataque de una bestia mítica. Tras ello, recibe el agradecimiento del señor y un conjunto de recompensas.

Quizás no sea esto lo más interesante de la obra, sino el modo en que la autora, Robinett, logró atrapar mi atención lectora dentro de un mundo lleno de pequeños hábitos y costumbres cotidianas, que van ganando gradualmente en suspenso dramático, hasta desembocar en una escena de combate alucinante, descrita con pormenores cinematográficos que me impidieron dejar de leer.

De las cinco historias finalistas fueron estas tres las que me dejaron intenso deleite estético. Las recomiendo a todos los aficionados del cuento breve fantástico y de ciencia ficción.
Felices lecturas, amigos

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¡Gracias por mandarme los links para poderlas leer!
Al ver tus excelentes reseñas no hay otro modo de satisfacer la curiosidad que leerlas sin dudas.
¡Gracias!

Otra reseña de lujo como acostumbras. Quiero leer esos cuentos pero ya🙏🏻.