Todos somos objetos de comentarios mal intencionados

Para un adolescente, recibir críticas crueles, puede llevar a que su autoimagen disminuya o se afecte.

Cuando la autoestima se está formando, es posible que una opinión de mala fe que provenga de alguien que aparentemente importa o de alguien que parezca que sabe lo de lo que está hablando, puede hacer mucho daño.

Hemos visto en las redes sociales con la pandemia, por ejemplo, que habló tanta gente que no tenía nada que ver con la salud; opinando, afirmando e incluso devaluando noticias desde organizaciones de salud o gobiernos.

Publicaron personas, sobre una situación tan nueva como la pandemia, para despreciar opiniones o rebajar juicios de expertos, confundiendo a otros.

Vemos que basta que un médico en sus redes sociales ofrezca su opinión o sugerencia sobre algo de dieta o de hábitos, para que aparezcan una o dos personas desprestigiando o devaluando esa información.

Es el llamado incentivo de la crueldad que se maneja desde hace años y que nació en la Universidad de Stanford hace unos años, pero que hoy está más vigente que nunca en las redes sociales.

¿Qué gana un maquiavélico con esto?

Gana la posibilidad de hacerse ver como una figura de autoridad y, por supuesto, un influencer, de alguna u otra manera.

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Es importante no dejarse subestimar

Escuchaba a un médico psiquiatra hablar acerca del tratamiento que se le podía dar a un psicópata; que era prácticamente nulo, no lo podemos cambiar, salvo que tenga algún tipo de sintomatología clínica.

El psicópata se siente muy bien y a sus anchas haciendo daño, porque no tiene empatía hacia los demás; es muy inteligente y tiene una capacidad de convencimiento increíble.

Y sí, siempre termina hiriendo, dañando o menospreciando al otro.

Esto me hizo reflexionar en la prevención del daño.

¿Estoy llamando psicopáticos a los que opinan, en forma malévola, los comentarios o informaciones de otros? Pues sí.

El incentivo de la crueldad busca elevarme por encima y a costa del otro; eso no debe suceder y es una manera de prevención trabajar el concepto desde niños, desde la escuela.

A partir de los 5 o 6 años de edad, el ser humano va tomando conciencia de lo que produce en el entorno y de lo que los demás piensan de él; por eso es importante fomentar una autoimagen realista, en construcción, por parte de los padres y de los maestros desde esa edad.

Debemos dar herramientas para entender que hay patrones sociales impuestos para ser aceptados por la sociedad, tanto, como enseñar que se respeten las variaciones.

Dar a conocer las razones de la crueldad actual en las redes y, de alguna manera, combatirla desde la educación desde el hogar.

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¿Qué características tiene una persona susceptible de ser menospreciada?

Tengamos cuidado con nuestros hijos, sobre todo con los adolescentes.

Observemos los niveles de pesimismo y negatividad que tienen y tratemos de inculcarles una manera de reaccionar más positiva.

Seamos muy valientes para afrontar cuando nuestros adolescentes se autoflagelen, se golpeen, se presionen excesivamente por encajar.

En la etapa de la adolescencia solemos ser tan crueles con nosotros mismos por el hecho de que no se nos acepta o porque creemos no ser aceptados.

Vigila que tus hijos no halaguen en exceso, sino cuando sea necesario hacer un cumplido.

Que sus decisiones siempre antepongan las necesidades propias y de la familia; si un núcleo familiar funciona bien, ayudará a que la comunidad en general lo haga; no a la inversa.

Asimismo, evalúen darle demasiada importancia a lo que los otros opinen, y más aún, si no son de su red de apoyo.

Y si existen manifestaciones de celos, envidia y de agresividad hacia otros, es muy probable que necesites ayuda especializada para detectar cualquier problema de autoconcepto y de autoestima que, más adelante, pueda traer consecuencias muy negativas.

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¡Dejemos de subestimar!

Este tema no es muy agradable que se diga; pero es importante evaluarnos por si existe algún tipo de conducta que subestime al otro.

Antes, hablamos de que opinar era un derecho de todos, pero que, no todas las opiniones eran respetables.

Y necesitamos aprender a diferenciar el verdadero valor que tenemos, de aquel que nos imponen los patrones sociales.

Quisiera culminar recordándonos, que subestimamos al continente africano, a los latinoamericanos provenientes de países empobrecidos, hasta cierto punto a Venezuela, por su debacle económica, a Bolivia, por su cultura, a Cuba, por su sistema.

Al que hace un trabajo no profesional, cuando es tan necesario un trabajo técnico.

A los niños, porque creemos que no tienen la capacidad de entender; así como, subestimamos a las mascotas y a los animales.

Un papel tirado al suelo no hace tanto daño, pero si mil personas piensan igual, serían mil personas tirando basura a las calles.

Subestimamos a quienes que no tienen habilidades similares a las nuestras, a los que no se visten de acuerdo a patrones de moda; a quienes no pueden hacer ejercicios, o correr por lesiones…

Y bueno; sigamos revisando...

Somos una comunidad que necesita afrontar realidades para conocernos, compartir experiencias y para aprender a corregirnos.

Si eres de los que cree que estamos subestimando, de alguna u otra manera, danos tu experiencia, porque con la experiencia de todos crece nuestra conciencia colectiva.

We are all targets of mean-spirited comments

For a teenager, receiving cruel criticism can lead to a diminished or compromised self-image.

When self-esteem is forming, it is possible that a bad faith opinion coming from someone who apparently matters or someone who seems to know what they are talking about can do a lot of damage.

We have seen in social networks with the pandemic, for example, that so many people who had nothing to do with health spoke; giving opinions, affirming and even devaluing news from health organizations or governments.

People published about a situation as new as the pandemic, to disparage opinions or lower the judgments of experts, confusing others.

We see that it is enough for a doctor in his social networks to offer his opinion or suggestion on something about diet or habits, for one or two people to appear discrediting or devaluing that information.

This is the so-called cruelty incentive that has been around for years and was born at Stanford University a few years ago, but today it is more valid than ever in social networks.

What does a Machiavellian gain from this?

He gains the possibility of making himself look like an authority figure and, of course, an influencer, in some way or another.

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It is important not to be underestimated

I was listening to a psychiatrist doctor talking about the treatment that could be given to a psychopath; that it was practically null, we cannot change him, unless he has some kind of clinical symptomatology.

The psychopath feels very well and at ease doing harm, because he has no empathy towards others; he is very intelligent and has an incredible capacity of convincing.

And yes, he always ends up hurting, harming or belittling the other.

This made me reflect on harm prevention.

Am I calling psychopaths those who give their opinions, in a malicious way, to the comments or information of others? Yes, I am.

The incentive of cruelty seeks to elevate me above and at the expense of the other; that should not happen and it is a way of prevention to work on the concept from childhood, from school.

From the age of 5 or 6, human beings become aware of what they produce in their environment and what others think of them; that is why it is important to promote a realistic self-image, under construction, by parents and teachers from that age.

We must give tools to understand that there are social patterns imposed to be accepted by society, as well as to teach respect for variations.

To make known the reasons for the current cruelty in the networks and, in some way, to fight it from education at home.

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What are the characteristics of a person who is susceptible to being put down?

Let's be careful with our children, especially teenagers.

Let's look at their levels of pessimism and negativity, and try to-if we can- instill in them a more positive way of reacting.

Let's be very brave to face when our teenagers are self-flagellating, beating themselves up, putting excessive pressure on themselves to fit in.

In the teenage stage we tend to be so cruel to ourselves because we are not accepted or because we believe we are not accepted.

Make sure that your children do not flatter too much, but only when it is necessary to give a compliment.

Let their decisions always put their own and the family's needs first; if a family nucleus works well, it will help the community in general to do so; not the other way around.

Also, evaluate giving too much importance to what others think, especially if they are not part of your support network.

And if there are manifestations of jealousy, envy and aggressiveness towards others, it is very likely that you will need specialized help to detect any problems of self-concept and self-esteem that, later on, can have very negative consequences.

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Let's stop underestimating!

This topic is not very pleasant to say; but it is important to evaluate ourselves in case there is any type of behavior that underestimates the other.

Before, we talked about how having an opinion was everyone's right, but that not all opinions were respectable.

And we need to learn to differentiate the true value we have from that imposed on us by social patterns.

I would like to end by reminding us that we underestimate the African continent, Latin Americans from impoverished countries, to a certain extent Venezuela, for its economic debacle, Bolivia, for its culture, Cuba, for its system.

To those who do unprofessional work, when technical work is so necessary.

To children, because we believe that they do not have the capacity to understand; just as we underestimate pets and animals.

One piece of paper thrown on the ground does not do so much damage, but if a thousand people think the same, it would be a thousand people throwing garbage on the streets.

We underestimate those who do not have abilities similar to ours, those who do not dress according to fashionable patterns; those who cannot exercise, or run because of injuries...

And well; let's keep on reviewing...

We are a community that needs to face realities to get to know each other, to share experiences and to learn how to correct ourselves.

If you are one of those who believe that we are underestimating, in some way or another, give us your experience, because with everyone's experience our collective conscience grows.

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