To go on an adventure: Pass me the helmet

The wind was blowing hard as the motorcycles roared across the mountain range, the trail of dust indicating that their way was to the top. Two friends, Marcos and David, were venturing on a trip that promised would be unforgettable. Marcos, always cautious, was a safety-first man, while his companion, David, defied the rules of common sense with his rebellious spirit.

Pass me the helmet, Marcos shouted from his bike, stopping at the edge of the cliff. The view was impressive, the mountains rose up like giants. The firmament was covered with a blanket of gray clouds that seemed to warn them that a storm was approaching. Without however, David, with a defiant smile, shook his head We don't need that my friend! real adventure is lived on the edge.

Marcos sighed, realizing that arguing about helmet use with his partner would be as futile as trying to watch an overflowing river. However, the concern for safety never disappeared from his mind. They decided to press on, heading deeper into the heart of the mountain, where the trails became increasingly narrow and steep. As they ascended the fog began to envelop them, reducing visibility to a few meters.

Speed up, speed up! We have to get to the top before the storm hits! exclaims David, ignoring Marcos' growing restlessness. The risk was latent, but his adrenaline was pumping and the call to adventure was irresistible.

Suddenly a rumble resounded in the valley, with a racing heart Marcos saw how a rock came off the hillside and fell near his friend David, with his usual recklessness he lost his balance and his motorcycle slid down the rocky road. In an instant everything changed, the rebellious adventurer was lying on the ground, immobilized, without a helmet to protect his head.

Marcos ran towards him, his heart pounding, the reality became stark and despite the beauty that surrounded them, he understood that extreme adventure could come at a high price. See I told you you would need it! ... as he called the emergency services.

The pursuit of freedom must be accompanied by responsibility and common sense, the real adventure is not about the speed, the breeze in your face, but the wisdom of knowing how to wear a helmet.

Translated with DeepL.com (free version)

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En Español

Para ir de aventura: Pásame el casco

El viento soplaba con fuerza mientras las motocicletas rugían al atravesar la serranía, el rastro de polvo indicaba que su camino era hacia la cima. Dos amigos, Marcos y David, aventuraban en un viaje que prometía sería inolvidable. Marcos, siempre cauteloso, abrigaba la idea de que la seguridad es lo primero, mientras que su compañero, David desafiaba las normas del sentido común con su espíritu rebelde.

¡Pásame el casco!, grito Marcos desde su moto, deteniéndose al borde del acantilado. La vista era impresionante, las montañas se alzaban como gigantes. El firmamento cubierto con un manto de nubes grises que parecían advertirles que una tormenta se acercaba. Sin embargo, David, con una sonrisa desafiante, sacudió la cabeza ¡No necesitamos eso amigo! la verdadera aventura se vive al límite.

Marcos suspiró, comprendiendo que discutir sobre el uso del casco con su compañero sería tan inútil como intentar ver un río desbordado. Sin embargo la preocupación por la seguridad nunca desapareció de su mente. Decidieron seguir adelante, adentrándose en el corazón de la montaña, donde los senderos se volvían cada vez más estrechos y escarpados. A medida que ascendían la niebla comenzaba a envolverlos, reduciendo la visibilidad a unos pocos metros.

¡Acelera, acelera! ! tenemos que llegar a la cima antes que caiga la tormenta! exclama David ignorando a la creciente inquietud de Marcos. El riego estaba latente, pero su adrenalina se disparaba y el llamado a la aventura era irresistible.

De pronto un estruendo resonó en el valle, con el corazón acelerado Marcos, vio como una roca se desprendía de la ladera y caía cerca de su amigo David, con su imprudencia habitual perdió el equilibrio y su moto se deslizó por el camino pedregoso. En un instante todo cambió, el rebelde aventurero estaba tendido en el suelo, inmovilizado, sin un casco que protegiera su cabeza.

Marcos corrió hacia él, su corazón latiendo con fuerza, la realidad se volvió cruda y a pesar de la belleza que los rodeaba, comprendió que la aventura extrema podría tener un precio elevado. ¡Ves te dije que lo necesitarías! … mientras llamaba a los servicios de emergencia.

La búsqueda de la libertad debe estar acompañada de la responsabilidad y sentido común, la verdadera aventura no se trata de la velocidad, de la brisa en tu cara, sino de la sabiduría de saber usar el casco.

La imagen fue creada usando la IA de Bing com